Un año más, y
como cada verano, tenía la esperanza de ser llamado por algún amigo para ir a
la playa, pero siento que la responsabilidad y el
“jaleo” de llevar a alguien como yo, sigue pensando más que la “amistad”, pues
de lo contrario no lo entiendo. Habrá que seguir esperando al próximo.
Por
fortuna la vida no siempre te pone “contras”, y “pros”, como los que vivo con mi familia germana o logoñesa....son otro de los grandes
regalos que la vida me ha hecho.
En cuanto a mis dos excelentes amigos germanos, y “lejanos”, termino compartiendo más vivencias y experiencias, que con los cercanos. Acabamos de celebrar 25 años de amistad en este 2017 ¡¡Y no es cualquier cosa!! Dos grandes amigos y dos grandes personas que nuevamente me han tenído muchas sorpresas preparadas.
En cuanto a mis dos excelentes amigos germanos, y “lejanos”, termino compartiendo más vivencias y experiencias, que con los cercanos. Acabamos de celebrar 25 años de amistad en este 2017 ¡¡Y no es cualquier cosa!! Dos grandes amigos y dos grandes personas que nuevamente me han tenído muchas sorpresas preparadas.
Una gozada el estar conversando otro año más con mis amigos, sentir un aire de
lo más fresquito y unas deliciosas gotas de lluvia ¡¡Increíble tras haber
estado el día antes sudando la gota gorda, con los más de 40ºC del sur de
España!! Unas horas después marchamos al hotel, ya conocido del año 2016 (Hotel Rotenberg), en donde dejar las maletas y tomar una deliciosa cena ¡¡Tenía mucha
hambre, pero mi “talón de Aquiles” son los grandes platos alemanes…que
raramente soy capaz de tomar entero!! Siempre pido el menú “Klaín” (pequeño) y
es el habitual de los niños…pero ni por esas lo consigo y me da mucho apuro.
Cuando desperté al día
siguiente, aún pude desayunar, pero a las 10.30h. yo era el único cliente. Mis
amigos me acompañaron no osbstante. El hotel cuenta con un chef
estupendo. Personal de lo más simpático (no hablan español, pero sí conocen
palabras “típicas”; “hola”, “cerveza”, “paella”….). Es bastante caro (unos 90€
noche) pero es el único hotel adaptado en toda la zona, y hay muchos. Sobre
todo porque cerca está una gran cárcel de presos muy peligrosos e imagino hay muchas "visitas".
Nuevo
día en Trier (Tréveris) para recoger a otro de los amigos, en el hospital donde trabaja. Como
llegamos antes de tiempo pudimos callejear hasta pasar bajo la gran “Puerta Negra” y cerca me volví a encontrar,
también este año, con el señor “asiático” que vende unas artesanías en alambre
¡¡impresionantes!!), solo pude comprarle dos.
No
obstante y pese a lo turístico de la zona, aquí están la Catedral, bonitos
edificios y otros tanto monumentos, así como comercios…su suelo es para mi un
suplicio y con la silla manual , resulta agotador (traqueteos constantes, pies
que se me resbalaban de los reposapiés…mucha paciencia, para coger aire y
seguir), durante el trayecto encontré un gran grupo de tunos
portugueses y pudimos entrar a una bonita exposición de fotos que reflejaban la vida, décadas
atrás en Trier, pequeña parada para unos refrescos
frente a una fiesta por la diversidad, llena de globos de colores arcoiris…Y
por fin recogimos a nuestro amigo en el Hospital con destino a...
¡¡Luxemburgo!!
Pasar la “frontera” es encontrar grandes campos
verdes, ninguna casa, grandes autovías y avenidas. Recorrimos un
impresionante “Quartier Européen” en donde cientos de nuevos edificios,
muchos aún en construcción o a punto de ser abiertos, nos recibía antes de
llegar al casco histórico de la ciudad.
Siento decir
que todo el lujo, altos precios (un caffè macchiato
por tan “solo” 4,50€ o unos zapatos por 850€….¡en rebajas! ) preciosos
edificios y vistas (recomiendo el llegar hasta el “Puente de Ronda” que tienen,
es mavilloso)…se me hacían muy cuesta arriba, y nunca mejor dicho, por la
cantidad de cuestas casi imposibles de bajar de frente y subir con
complicaciones.
Estuve en tensión en muchos momentos y eso evitó poder disfrutar de cuanto me rodeaba. Pero me encantó y ha sido un sueño poder estar en este diminuto y bellísimo país de Europa Central, junto a mis queridos amigos, a los que no puedo más que agradecer me hayan llevado. En la noche cenamos en el Gasthaus Zur Breit, (Hof Breit 0, 54516 Wittlich) accesible desde el estacionamiento, comida riquísima y abundante, en un lugar amplio, de vistas magníficas y buen precio…merece otra próxima visita.
Estuve en tensión en muchos momentos y eso evitó poder disfrutar de cuanto me rodeaba. Pero me encantó y ha sido un sueño poder estar en este diminuto y bellísimo país de Europa Central, junto a mis queridos amigos, a los que no puedo más que agradecer me hayan llevado. En la noche cenamos en el Gasthaus Zur Breit, (Hof Breit 0, 54516 Wittlich) accesible desde el estacionamiento, comida riquísima y abundante, en un lugar amplio, de vistas magníficas y buen precio…merece otra próxima visita.
Heddesheim, que este año 2017 ha cumplido 1100 años de existencia ¡Casi ná! Aunque es
una pequeña población, tiene un ambiente familiar y muy simpática (todo el
mundo suele saludarse por las calles mientras se cruzan), para lo que habían
instalado un gran escenario y cerrada parte de su zona “comercial”, colocados
asientos y mesas, así como puestos de cervezas, salchichas grandotas, patatas
fritas, helados…No obstante esos días de fiesta nosotros salimos a seguir conociendo
otros lugares, más o menos lejanos…que en total han sido este año más de 2.000 Kilómetros ¡Sin
parar de disfrutar de esta querida población que ya es como mi casa!, aunque mi hotel está en otra igualmente cerca de aquí.
En
otras de las jornadas nos acercamos al curso del Río Saar, para recorrer una larga vía de madera,
sobre los bosques, y llegar al mirador de Orscholz (unos seis pisos a subir a “brazos” casi
casi sin ayuda y merece la pena por llegar al final y contemplar las
magestuosas vistas), el bucle del Saar y tras una hora y pico…
¡¡¡Reponer fuerzas con un riquísimo “Curribús” y justo en esos momentos que unos señores, de unos setenta o más años, se ponían a cantar a capela unas preciosas canciones tradicionales alemanas. Lo pasé sensacional!!!
¡¡¡Reponer fuerzas con un riquísimo “Curribús” y justo en esos momentos que unos señores, de unos setenta o más años, se ponían a cantar a capela unas preciosas canciones tradicionales alemanas. Lo pasé sensacional!!!
Bietigheim Ha sido otras de nuestras estupendas visitas. Ciudad del sur de Alemania, llena de fuentes,
esculturas…repartidas por la ciudad como un enorme caballo, fuentes en medio del río, vacas divertidas, monos, musicos...Junto a mis dos habituales amigos, se unieron otras dos personas excelentes, así como los hijos de una de
ellas, con los que reí muchísimo. ¡¡No se agotaban!! y entre cuestas, comidas,
helados, paseos y un pequeño “teatrillo” con Epi como protagonista…¡¡me los
gané!! Otro día magnífico.
Koblenz
(Koblenza), con sus zonas complicadillas para
transitar con la silla, pero bastante agradable y accesible), como las razones
¡¡Encontrarme con un gran amigo al que hacía tres años no veía!!...que corto y
que bonito fue todo ¡Jó! Es muy transitable la ciudad como tal, aunque su zona
comercial sigue con esos pequeños cuadraditos en el suelo, que entre unos y
otros es algunas veces complicado moverte. Como siempre paciencia.
La Alsacia francesa. De
nuevo mis amigos me han dado la sorpresa llevándome por pueblos de la Alsacia y
parando en la bonita ciudad de Hagenau. Descubid las pinturas y fotografías en edificios
históricos y modernos, magníficos algunos de ellos.
En territorio francés y nosotros, bueno yo lo propuse, decidimos comer en un kebat, pero eso que nos ahorramos. Delicioso, fresquito y con un camarero tremendo…¡¡Ah, y muy bien de precio!! Jornada de paseos, calor, compra de postales y souvenirs para los amigos…Recomendable.
En territorio francés y nosotros, bueno yo lo propuse, decidimos comer en un kebat, pero eso que nos ahorramos. Delicioso, fresquito y con un camarero tremendo…¡¡Ah, y muy bien de precio!! Jornada de paseos, calor, compra de postales y souvenirs para los amigos…Recomendable.
Mannheim. Me encantan los museos, si por mi fuera visitaría todos los posibles, pero
comprendo que si hay tan buen tiempo y oportunidad, deambular por el exterior
es mucho mejor. El día que visitamos el Museo de ReissEngelorn, con
una increíble exposición sobre el Antiguo Egipto (me dejó con la boca abierta,
expuesto todo de un modo magnífico y un contenido extraordinario) y arqueología
(de los mejores que he visto y tremendamente recomendable, si os gusta como a
mi, todo este tema). Un edificio realmente accesible y bien pensado para todos.
Su restaaurane interior, planta baja, caro, pero muy bueno y con un diseño que
me encantó.
En otras de las jornadas fuimos para pasar el día en su parque: Luisenpark. Es inmenso y muy
accesible en casi todo su recorrido. Tiene zonas donde grandes aves pasean,
junto a ti…y otra interior con animales (recomiendo la zona de peces y la de
las mariposas). Hay un buen restaurante, caro pero con un comida riquísima.
Baños adaptados muchos y bien….y no olvidéis pasar por su zona “asiática” ¡¡¡Te
sentirás en la misma China!!
Y también en
Mannheim, he tenido la fortuna de asistir, al concierto celebrado al aire libre en la gran explanada del fantástico Palacio de la ciudad (el "Schloss Mannheim") el segundo palacio barroco más grande de Europa, después de Versailles, y está considerado como el más largo de Europa ¡¡Pero eso sí, su suelo es nefasto para usuarios en silla de ruedas manual, dado que las ruedecillas delantera quedan continuamente atascadas
entre las hendiduras de los baldosines, con lo que os recomiendo mejor ir por los laterales, con un suelo más liso). Ahora que lo pienso y pese al “martirio” ha merecído la pena por la vivencia tan extraordinaria vivida junto a mis dos grandes amigos.
Un repertorio de unas tres horas, con la OrquestaNacional de Mannheim y cinco magníficos cantantes, donde
interpretaron partes de distintas óperas (estábamos situados muy cerca del escenario en unas plazas caríiiisimas). Había un maestro de ceremonia que daba paso a las actuaciones y en vista de cuanto reía el público, creo era muy bueno. El final fue apoteósico, con el lanzamieto de fuegos artificiales en el aire y en el suelo (molinillos, fuentes, velas que regulaban su intensidad lumínica…).
Ida
y vuelta a la ciudad de Mannheim en tranvía (mi primera ocasión en estos años), me fijé que algunas
paradas para subir o bajar me hubieran sido complicadas o imposibles de ir solo, pero es un servicio muy cómodo, agradable y las parada que utilicé estaban 100% accesible…recomiendo igualmente informarse de ello, antes de utilizar. ¡Ah! una curiosidad ¡¡¡Las personas en silla de rueda,
acreditadas con su corespondiente certificado (yo siempre llevo el europeo), viajan siempre gratis!!! Alucinante, aunque os diré que me hace sentir un poco incómodo no pagar nada, siendo un usuario más.
Espero
también vosotr@s me contéis de vuestros lugares de viajes y cómo los habéis
encontrado para un usuario que transite en silla de ruedas. Buenos y estupendos
presentes y futuros viajes ¡¡Hasta pronto!!
Unos videos de las vistas desde el imponente puente de Luxemburgo, así como desde la parte superior de la torre de madera del mirador de Orscholz (seis pisos, a subir a "brazos") con ese magnífico río Saar!!!